López Obrador y los liliputienses
Como en los cuentos de “Los viajes de Gulliver” hoy el presidente López Obrador es un gigante político viviendo en un país de diminutos opositores.
En los cuentos escritos por Jonathan Swift en la primera mitad del siglo 18, el aventurero Lemuel Gulliver, luego de naufragar su barco, termina en una remota isla habitada por pequeños humanos del tamaño de un dedo.
Tanto los habitantes del reino de la isla, Liliput, como del reino de la isla vecina, Blefusco, pueden ser fácilmente vencidos por el tamaño y la fuerza del “gigante” Gulliver.
Gracias a eso el naúfrago puede doblegar a ambos pueblos en ciertas ocasiones.
La fuerza de los liliputienses
Así, por su tamaño y fuerza era muy fácil para Gulliver imponerse a la multitud diminuta.
Pero éstos podían aprovechar ciertos momentos para derrotarlo.
Así sucede cuando dormía y los liliputienses aprovechaban para amarrarlo e inmovilizarlo o cuando se deciden a atacarlo en conjunto al correrse la voz de que Gulliver pretendía destronar al rey y asumir el trono.
Al final, la suma de todos los pequeños liliputienses logran expulsar del reino al gigante.
AMLO y los inconformes
Hoy el presidente López Obrador es un gigante político viviendo en un entorno de diminutos políticos opositores.
Por el tamaño y la fuerza del poder que ostenta y la debilidad de su oposición, puede asustar, aplastar y eliminar a sus contrincantes.
La pequeñez de sus opositores lo hace sentirse invencible, gigante. Por eso todos los días sale a golpear y a amedrentar a los liliputienses. Y día tras día busca un liliputiense más con quien pelerarse y a quien demostrarle su amenazante grandeza.
Pero, como en Liliput, el hartazgo y el miedo de esos diminutos inconformes pueden llevarlos algún día a sumar todas sus fuerzas y a luchar juntos, aprovechando un momento de distracción o de vulnerabilidad del gigante para amarrarlo con sus pequeñas cuerdas y lanzarle una metralla efectiva de sus diminutas flechas.
Ningún gigante es invencible.
Y no sería la primera vez que en la política real un poderoso gigante haya sido vencido por una multitud de diminutos opositores.
Excelente analogía literaria a una triste y amarga realidad; sin embargo es evidente que en el cuento los habitantes de Liliput y de Blufesco tuvieron el valor, el arrojo, la decisión y UNION, de a pesar de sus diferencias aprovechar las debilidades que se presentarán u observarán y poder definir una ruta de acción y vencer a un enemigo en común.
En la realidad esa posible Oposición se está quedando en tinta y papel; tiembla ante el menor grito, sombrerazo o manotazo en escritorio que escuchan, dejando de lado el compromiso para con sus ciudadanos, el compromiso moral y ético de representar los intereses de un pueblo que para ello les eligió, no para andar haciendo caravanas o dando prolijos discursos vanos y llenos de alegóricoas palabras que llenan los oídos de politiquillos y dejan llenos de ilusiones a un pueblo hambriento de resultados y harto de quejas sin sentido.
Muchas gracias Memo por compartir tu comentario y estas reflexiones.
Excelente analogía Gilberto, sólo que en este caso los Liliputenses no se unen por temor al tirano. Se dice que para poder ser opositor hay que tener la lengua larga y la cola corta, y la oposición tiene mucha cola que le pisen.
Muchas gracias Beto por tu comentario. Coincido con tu opinión.